Malestar en la Guardia Civil por el empeño del Gobierno para favorecer a la mujer con una rebaja de la nota
Interior impone una reducción de un 15% en la nota de la mujer respecto a los hombres para incrementar su presencia
El cambio que va a ejecutar el Ministerio del Interior en la Guardia Civil para rebajar la nota de las mujeres que quieran ingresar en el Cuerpo respecto a los hombres y conseguir así que el 40% de la plantilla sea femenina ha provocado un tifón en el Instituto Armado a todos sus niveles, especialmente en las guardias.
En septiembre, el Gobierno lanzó el anuncio envolviéndolo en una discriminación positiva donde no detallaba cómo pretendía acabar con esa infrarrepresentación (sólo el 9% de la plantilla es mujer) y en el que todo eran bondades para asegurar la cobertura del polémico porcentaje.
Ahora, cuando la Dirección Generalde la Guardia Civil ha plasmado sus intenciones en un documento en el que especifica la ejecución, ha estallado una revuelta interna -y silenciosa por la disciplina militar del Cuerpo- sin precedentes porque el cambio no sólo afecta al acceso sino que se extiende a todas las escalas y a la promoción interna.
El principal conflicto de la modificación radica en que las mujeres necesitarán un 15% menos de nota para entrar en el Instituto Armado. Es decir, que si la nota son 100 puntos y los aprobados son todo hombres, los últimos de la lista con una menor puntuación quedarán fuera a favor de las mujeres que hayan superado la prueba hasta completar la cuota.
El borrador, al que ha tenido acceso EL MUNDO, se presentó la semana pasada y en él se modifica la Ley de Régimen de Personal. El Gobierno, según apuntan fuentes de la Guardia Civil, quiere aprobar el cambio por la vía de urgencia antes de que acabe el año.
El malestar es mayúsculo en el Cuerpo. El enfado traspasa el ámbito de las asociaciones y se extiende a todas las escalas y sexos. La agrupación mayoritaria del Instituto Armado, Jucil, llevará a los tribunales esta reforma al entender que es anticonstitucional. “No tiene ningún fundamente jurídico sino ideológico. Sin duda, se está haciendo un flaco favor a las mujeres para completar una cuota”.
El artículo 35 es el que acumula la controversia: «Cuando el objetivo del porcentaje a que se refiere el primer párrafo (en el que se expone la cuota del 40% para las féminas) no se alcanzase, atendiendo a lo dispuesto en el párrafo anterior, se dará preferencia a las candidatas mujeres sobre los candidatos hombres hasta cumplir el objetivo perseguido siempre que exista una equivalencia de capacitación determinada por la puntuación final obtenida tras las fases de concurso y oposición, una vez superada esta última, de tal manera que, ninguna de las candidatas mujeres seleccionadas por aplicación de esta preferencia tenga una diferencia de puntuación superior al quince por ciento frente a los candidatos hombres que se vieran preteridos».
A renglón seguido, Interior tiene un ‘plan b’ para compensar el agravio a los hombres que teniendo mayor puntuación que sus compañeras se queden fuera. A ellos les da méritos para las siguientes convocatorias.
«Aquellas personas aspirantes que se hubieran visto preteridas por las medidas específicas anteriores, dispondrán de méritos en la fase de concurso de los procesos selectivos siguientes para la incorporación a la escala de cabos y guardias conforme al baremo que se establezca en la correspondiente convocatoria».
Las guardias consultadas se rebelan contra esta iniciativa y piden abundar en la génesis del problema. «En lugar de promover este tipo de medidas totalmente injustas y que tan en mal lugar nos dejan a nosotras, ¿por qué no se preguntan por qué la Guardia Civil no es atractiva para nosotras?», reivindica una agente consultada por este periódico.
Sonia Valverde, secretaria de Igualdad de Jucil, la agrupación mayoritaria de la Guardia Civil, es muy crítica con la medida. «Es inaceptable porque en igualdad de condiciones rebajan la nota para que entren las mujeres por delante de otro aspirante con mayores calificaciones. Está claro que no van a entrar los más preparados», razona.
«Creemos en la igualdad de oportunidades para todas las personas independientemente de su sexo. Según esta modificación, no va a entrar el más preparado y eso va a repercutir en la seguridad del ciudadano». Valverde propone otras alternativas para incentivar la presencia de mujeres en el Instituto Armado. Valverde pide revisar el escenario actual.
«Hay puestos que están en pueblos muy pequeños, alejados de todo y sin los servicios mínimos y sin apenas personal. Levamos mucho tiempo reclamando núcleos operativos más grandes en las poblaciones de la España vaciada. El tema del salario también es otro hándicap. Por ejemplo, en los Mosos d’Esquadra, la Policía Local o la Ertzaintza se cobra más que en la Guardia Civil”.
Agustín Leal, secretario de comunicación de Jucil, se pronuncia en los mismos términos. “En la Guardia Civil tienen que entrar las personas más preparadas porque es un servicio que damos a la sociedad y la sociedad demanda efectividad y preparación en la defensa de sus derechos. Con esta legislación lo único que hacen es construir un problema donde no lo hay”». «Esta legislación construye un problema donde no lo hay», zanja Leal.