“JUCIL apuesta por reforzar su presencia en Lleida y Girona”
Milagros Cívico nació en Barcelona, en 1974, y a los 18 años, animada por su interés por el mundo militar, entró en la academia de guardias y suboficiales de Baeza, en Jaén. Formó parte del quinto reemplazo femenino dentro de la Guardia Civil. “Lo mío fue vocacional, no había ninguna tradición en la familia” asegura.
La carrera como profesional pasó por la Comandancia de Guipúzcoa, destinada en el cuartel de Intxaurrondo en 1995. Regresó a Barcelona y de nuevo en 1999 pasó a la Comandancia de Bilbao. En la actualidad presta servicio en Barcelona. Forma parte Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) desde el inicio del movimiento promovido por Jusapol, primero como responsable de la agrupación profesional en toda Cataluña y en estos momentos como la máxima representante de JUCIL en las provincias de Lleida, Girona y Barcelona. “Pero espero que pronto, tanto Lleida como Girona cuenten con una estructura provincial y centrarme en la tarea de Barcelona, donde ya cuento con una importante ayuda” afirma.
Misiones en Europa
Su formación en idiomas (nivel B2 en inglés y en francés) le ha permitido participar en dos misiones del programa europeo FRONTEX en Bulgaria, además de otras dos misiones europeas en Francia. En el mes de junio se ha incorporado como vocal por la asociación profesional al Consejo de la Guardia Civil. “Esta incorporación no es precisamente la más agradable. LLego al Consejo como sustituta del fallecido Juan Marcos Gutiérrez, un muy querido compañero, luchador desde los primeros momentos en esta asociación, y que nos dejó el 22 de abril pasado” recuerda Milagros. “Me hubiera gustado llegar al Consejo en otras. Ahora, me implico en esta tarea de ser vocal y representación de los compañeros en el Consejo de la Guardia Civil”, agrega.
El primer impulso
Milagros Cívico participa en JUCIL casi desde el primer momento. “Había oído hablar del movimiento Jusapol, y me interesó. Fue el anterior secretario general, Cristian Eric, el que se puso en contacto conmigo y me pidió colaboración para formar la primera estructura de JUCIL en Cataluña. Empezamos por Barcelona, donde ahora cuento con una ayuda muy importante, también se ha conseguido una estructura en Tarragona y esperamos tenerla pronto en Lleida y Girona” enumera. “Lo que me impulsó fue ver la motivación de los compañeros por conseguir una equiparación real de los guardias civiles con las policías autonómicas. Aquí, en Cataluña, lo vivimos en directo porque tenemos la comparación constante con la policía autonómica”, comenta.
De aquellos tiempos recuerda la enorme motivación que llevó a cientos de compañeros a colaborar en lo que hoy es JUCIL. “Recuerdo mi primera manifestación en Madrid. Los nervios, el viaje en tren hasta allí… Y hoy, sigo en la lucha con la misma pasión, y ahora, con mayor implicación como una de las delegadas de la asociación en el Consejo”, agrega.
Con su entrada, JUCIL se convierte en la única asociación profesional de la Guardia Civil donde la presencia femenina alcanza el 33% de su representación en el Consejo. Un porcentaje muy superior al 8% de presencia de la mujer en las filas del Cuerpo. “Pero en JUCIL tenemos muy claro que estamos en el puesto para luchar por el guardia, no por el sexo del mismo” puntualiza convencida de que talento y valía deben de ser los baremos por los que se mida a las personas.
Una zona difícil para muchos
Milagros Cívico trabaja en la comunidad autónoma de Cataluña, una de las áreas para las que la asociación reclama la declaración de Zona de Especial Singularidad. “La reivindicación principal es la equiparación salarial real, pero la situación de los guardias civiles en Cataluña tiene una especial dificultad y eso debemos tenerlo en cuenta”, precisa. “Había problemas antes, pero se ahondaron a partir de 2017, tras aquel intento de referéndum del 1 de octubre de ese año. Desde entonces muchos guardias civiles, ante las dificultades para vivir en Cataluña se han inclinado por destinos en otros puntos de España. Por eso pedimos una Zona de Especial Singularidad para Cataluña, porque aquí, los guardias, muchos catalanes de origen como es mi caso, y otros con muchos años de residencia, sufrimos directamente el odio de una parte de la sociedad catalana”, asegura. “Más que sobre nosotros, que somos guardias civiles y estamos preparados para eso, el odio sobre nuestras familias. A diferencia de otros cuerpos policiales, la Guardia Civil está presente en pequeños lugares, donde todo el mundo sabe quién eres, y también quién es tu pareja y cuáles son tus hijos. Es sobre nuestras familias donde se concentra la mayor presión”, resalta. “Nuestra lucha tiene que permitir que algún día, también aquí, pueda salir a la calle con el uniforme, orgullosa de ser una servidora pública”, anhela Milagros Cívico. “Seguiré luchando por esto, porque creo que puede conseguirse”, asevera.